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Aceite de Palma: Impacto en Bolivia

El aceite de palma y su producción ha incrementado de manera sustancial en estas últimas décadas por su resistencia. Este aceite no se echa a perder fácilmente y tiene un punto de fusión muy alto, lo cual lo hace resaltar frente a otros aceites vegetales, además de su precio atractivo más bajo. 

Todo lo positivo de este aceite ha provocado que esté presente en una gama de productos de uso común como muchos alimentos y cosméticos.

El gobierno boliviano no se queda atrás en ver la oportunidad sobre este aceite y anunció una inversión de 1.660 millones de bolivianos con el fin de implementar tres plantas de extracción de: 1) aceite de palma; 2) aceite de macororó y, 3) aceite de jatropha. 

Adicionalmente a esto, la inversión también se centra en tres centros de acopio y procesamiento de aceites y grasas usadas, para tener la materia prima que servirá para la producción del denominado “diésel ecológico”. 

Sin embargo, la producción de este aceite no tiene un efecto tan amigable para el medio ambiente, dado que se cultiva en bosques tropicales, lo cual conlleva una deforestación masiva, destrucción del hábitat de varias especies y el desplazamiento de comunidades.

Estos proyectos se encuentran dentro de la política para la industrialización con sustitución de importaciones del gobierno. De acuerdo al presidente Luis Arce, la producción de combustibles como el “diésel ecológico” permitirá el fortalecimiento de la seguridad energética del país.

El principal objetivo del gobierno de Bolivia en la producción de biodiésel es sustituir la importación de diésel y gasolina, cuyo costo alcanzó casi 3,000 millones de dólares en 2023. Para ello, se planea producir 1,500 barriles por día (bpd) en la Planta Biodiésel 1 de Santa Cruz, utilizando aceites de jatropha, macororó y, inicialmente, soya. Además, la Planta de Biodiésel II y Derivados, en El Alto, producirá 1,500 bpd con aceite de palma a finales de 2024. Con estas plantas, se espera cubrir hasta el 50% de la demanda de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos(YPFB). Para alcanzar su objetivo, el Programa de Fomento a la Producción de Especies Oleíferas planea cultivar 60,462 hectáreas de palma aceitera en 28 municipios tropicales de los departamentos de La Paz, Beni, Pando, Santa Cruz y Cochabamba en un período de cinco años.

Los especialistas en la materia explican que, al tratarse de un pie de monte amazónico, este ecosistema alberga una gran concentración de plantas endémicas o nativas y es cuna de árboles de unos 400 años de vida, que dan refugio y comida a millones de animales. Por ello, la producción de palma africana en la Amazonía boliviana generó alarma entre activistas, biólogos, indígenas y algunas autoridades, quienes han advertido sobre los posibles desequilibrios ambientales y sociales que se pueden generar. Este temor no solo se fundamenta en los riesgos de introducir una especie exótica en un entorno con especies endémicas, sino también en el desmonte que se podría desencadenar.

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